miércoles, 31 de marzo de 2010

Carne de caballo, muy rica e Interesante composición nutricional


La carne de caballo es muy nutritiva y dulzona, aunque a pesar de ello, en España ni en muchas otras partes del mundo, como es el caso de suramerica , por lo general no es apreciada ni consumida. Tiene un gran valor nutritivo dada su composición, equiparable a la de una res joven y magra de vacuno. Destaca por su moderado aporte calórico, en comparación con el resto de carnes, debido a un contenido en grasa inferior (1 gramo/100 gramos de producto). Debido en parte a la composición de la grasa (predominan los ácidos grasos monoinsaturados frente a los poliinsaturados), esta carne no produce la sensación de saciedad propia de la de vacuno, ya que la consistencia de la grasa es fluida. El contenido en proteinas de la carne de caballo es ligeramente superior a la de vacuno. En cuanto a los minerales, supone la mayor fuente de hierro de origen cárnico después de despojos y vísceras (sangre, hígado), que junto a la elevada cantidad de mioglobina (pigmento) le confieren el intenso color rojo característico. Su contenido en hidratos de carbono es superior al de otras carnes, lo que le proporciona el característico sabor dulzón. Por su característica composición, es de fácil digestión, razón por la cual se aconseja su consumo en la dieta de personas de cualquier edad, y especialmente en la alimentación de personas con anemia por carencia de hierro.
Las piezas que se obtienen del caballo son prácticamente similares a las del vacuno: solomillo, lomo, cadera, tapa, contratapa, babilla, espaldilla, aguja, morcillo, aleta, pescuezo, pecho, rabo y falda. Las piezas de primera categoría se destinan principalmente a la obtención de filetes. El resto se consume como carne picada, aunque también se puede emplear en cocidos y estofados. Si se decide por la compra y consumo de carne de caballo, asegúrese de que proceda de establecimientos autorizados para su comercialización. De esta manera, evitará el riesgo de trasmisión de la triquinosis, al igual que puede ocurrir con la carne de cerdo y la de jabalí.



FUENTE:
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentos_a_debate/2001/09/04/35338.php

Carne de caballo, muy rica e Interesante composición nutricional


La carne de caballo es muy nutritiva y dulzona, aunque a pesar de ello, en España ni en muchas otras partes del mundo, como es el caso de suramerica , por lo general no es apreciada ni consumida. Tiene un gran valor nutritivo dada su composición, equiparable a la de una res joven y magra de vacuno. Destaca por su moderado aporte calórico, en comparación con el resto de carnes, debido a un contenido en grasa inferior (1 gramo/100 gramos de producto). Debido en parte a la composición de la grasa (predominan los ácidos grasos monoinsaturados frente a los poliinsaturados), esta carne no produce la sensación de saciedad propia de la de vacuno, ya que la consistencia de la grasa es fluida. El contenido en proteinas de la carne de caballo es ligeramente superior a la de vacuno. En cuanto a los minerales, supone la mayor fuente de hierro de origen cárnico después de despojos y vísceras (sangre, hígado), que junto a la elevada cantidad de mioglobina (pigmento) le confieren el intenso color rojo característico. Su contenido en hidratos de carbono es superior al de otras carnes, lo que le proporciona el característico sabor dulzón. Por su característica composición, es de fácil digestión, razón por la cual se aconseja su consumo en la dieta de personas de cualquier edad, y especialmente en la alimentación de personas con anemia por carencia de hierro.
Las piezas que se obtienen del caballo son prácticamente similares a las del vacuno: solomillo, lomo, cadera, tapa, contratapa, babilla, espaldilla, aguja, morcillo, aleta, pescuezo, pecho, rabo y falda. Las piezas de primera categoría se destinan principalmente a la obtención de filetes. El resto se consume como carne picada, aunque también se puede emplear en cocidos y estofados. Si se decide por la compra y consumo de carne de caballo, asegúrese de que proceda de establecimientos autorizados para su comercialización. De esta manera, evitará el riesgo de trasmisión de la triquinosis, al igual que puede ocurrir con la carne de cerdo y la de jabalí.



FUENTE: